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viernes, 26 de abril de 2013

Esteban Riera Solís, Laviana

Presidente del Ateneo Popular de Laviana en mayo de 1933.
Médico de la Beneficencia Municipal el 17 de diciembre de 1937, y es designado por el Ayuntamiento fascista para que se haga cargo de la asistencia benéfico sanitaria de Caso. Sin embargo el 29 de enero de 1938 se produce la humillación más grande que pueda soportar una persona, y más aún un médico, pues le obligan a que "abjure de toda otra simpatía contraria a la Nueva España".
 
 
 
 
 


sábado, 13 de abril de 2013

Aborto: persecución, cárcel e incautación de bienes

Este es el documento que certifica lo que las mujeres de la clase obrera -las de las clases pudientes y bienolientes estaban exentas- padecían cuando por mor de las circunstancias se veían obligadas a abortar. Pagaban con la cárcel -hasta 6 años de prisión-, con multas económicas  y además -como se puede apreciar- con la incautación de sus bienes.

El aborto en el Franquismo y sus herederos

Estaba prohibido y era castigado con la cárcel.

Socialmente se producía el mayor reproche y la persecución de la mujer como si hubiera cometido un crimen. Los abortos se producían en la soledad más absoluta o con la ayuda de otra mujer “experta” en proporcionar los brebajes más tóxicos y mortíferos para la mujer, que la llevaban en no pocas ocasiones al Hospital y a la muerte. Desde la aguja de hacer punto al uso del perejil, la mostaza, el aguardiente alemán tomado en ayunas, así como las aspirinas y café igualmente tomado en ayunas, movimientos semejantes a los que se hacen cuando se cose a máquina, o el uso del parásito del centeno (el cornezuelo) como oxitocina sintética que produce las contracciones del parto.
La mortalidad de las mujeres que decidían abortar era muy alta, pues las condiciones higiénico-sanitarias no existían. El “pecado” se pagaba con la vida, y así lo proclamaban curas y beatas del nacionalcatolicismo. Hay que decir que en estas condiciones abortaban las mujeres de la clase obrera. No pocas morían desangradas en manos de “una carnicera” que se presentaba como la solución.
 Las mujeres preñadas de las clases “pudientes” –las ricas- también abortaban, pero para eso tenían a los médicos de “de la familia” que practicaban el aborto con todas las garantías sanitarias y en el mayor de los secretos. “No se enteraba ni el cura”.
Una vez que la mujer sin recursos era sorprendida con una hemorragia sospechosa era encarcelada y sometida a cuarentena, hasta que un médico forense certificaba que la misma era un aborto provocado o natural, o nada.
Si tenía la desgracia de caer en manos de los represores franquistas se le aplicaba la Ley de Protección de la Natalidad de 1941 (copia de la legislación fascista italiana), considerando el aborto como una “atentado contra la Patria” y el Código Penal de 1944 (arts. del 411 al 417) que podían condenarla hasta con 6 años de prisión.
Escribimos esto en 2013 cuando es Ministro de Justicia el católico y reaccionario Ruiz-Gallardón quien pretende devolver a la clandestinidad la interrupción voluntaria del embarazo: “No entiendo que se desproteja al concebido, permitiendo el aborto, por el hecho de que tenga algún tipo de malformación o minusvalía. Me parece éticamente inconcebible. Creo que el mismo nivel de protección que se da a un concebido sin ningún tipo de malformación debe darse a aquel que se constate que carece de algunas de las capacidades que tienen el resto de los concebidos”.
Lo que es inconcebible es que volvamos a ver mujeres en prisión como es el caso de la mujer que se muestra en este documento del año 1945. No debe extrañar que los titulares de la prensa sobre este indeseable diga abiertamente: El anuncio del aborto de Gallardón resucita el fantasma del "franquismo". Debe de suponerse que volverán abrirse las consultas privadas del Barrio de Salamanca en Madrid, o en la hipócrita Vetusta, donde abortaban las mujeres de la clase dominante, defensores –eso sí- del más rancio catolicismo que “asegure la continuidad de la raza”.
 
 
 
 
 

lunes, 25 de marzo de 2013

Méritos de un panadero falangista

Declaración de un industrial panadero el 20 de mayo de 1938 justificando cuáles eran sus méritos contra el marxismo, o dicho de otro modo, contra el Gobierno del Frente Popular en Asturias desde el golpe militar del ejército faccioso el 17 de julio de 1936.
La ocultación de bienes de primera necesidad por parte de panaderos, comerciantes, carniceros, ganaderos, traficantes de toda laya y condición, fue moneda corriente a partir de julio de 1936 hasta la caída de los frentes asturianos el 21 de octubre de 1937. Esta actitud criminal era perseguida por las leyes, como después lo fue -una vez que entraron los facciosos en Asturias- por los dictados franquistas, que sin contemplaciones podía conllevar desde una multa a muchos años de cárcel. Pero el Gobierno del Frente Popular tuvo demasiada consideración con estas conductas criminales, y en el caso de este panadero, nada le ocurrió. Desde luego, en el pueblo comían pan los ricos, y los ricos siguieron comiendo pan, gracias a la lenidad con la que actuaron los milicianos republicanos o los policías de Investigación y Vigilancia en el concejo.
 
Se vanagloria de tal hazaña, y así los fascistas escondidos, y las familias pudientes, no les faltó el "sustento". Mientras tanto, faltaba la harina en las panaderías, más aún si tenemos en cuenta que el trigo procedente de Castilla ya no llegaría porque había caído en manos de los militares fascistas. Los ricos podían comer en tiempos de penuria, los pobres harían pan con tierra si era preciso.

miércoles, 13 de marzo de 2013

A los presos esclavos en destacamentos penales les pagaba el INP

Los prisioneros que fueron a "redimir condena" en los Batallones de Trabajadores, Colonias Penitenciarias, Destacamentos Penales, etc., bajo la batuta de la Dirección General de Prisiones y el Patronato Central para la Redención de Penas por el Trabajo, se les pagaban salarios. Salarios de miseria por jornadas de sola sol y en las labores más penosas. Estos salarios eran remitidos a la Caja Asturiana de Pevisión Social de Oviedo y desde aquí se enviaban a los ayuntamientos. En los ayuntamientos se citaba a los familiares del preso para pasaran a recoger aquella mísera cantidad de dinero que les ganaba el preso. Esta era una humillación más. Aquel peregrinar hacia la oficina municipal en donde encontraban al funcionario falangista cada mes era un trago más en la vida de los que vivían en las ciudades y los pueblos. Un modo de represión sorda que no trascendía. Se quedaba en el ámbito de la familia, y en no pocas ocasiones solamente para quien iba a recoger el salario de sangre de su familiar.
Pero no lo denominaban salarios, no. Sería tanto como considerar trabajadores a los "reclusos-trabajadores", de este modo se les despojaba de la dignidad. Explotados, encarcelados, humillados, eran piezas humanas, como si fueran semovientes, a los cuales, para engrandecer aquella Nueva España, debían limitarse a trabajar como bestias y callar, sólo así se les consideraría "redimidos" del pecado de querer ser libres. No eran salarios, eran "subisidios".
La normativa publicada por el régimen fascista español decía: "Art. 10: Sólo tendrán derecho a percepción de subsidio los reclusos que estén legítimamente casados y los hijos que tengan la calidad de legítimos o de naturales reconocidos".
Se crearon en cada municipio una Junta Local compuesta por los poderes tradicionales sumando la presencia del sujeto de Falange. Un representante del Alcalde que necesariamente tenía que estar afiliado a Falange, el cura párroco u otro sacerdote en quien delegara, y un tercero que "se procurará recaiga en una mujer que reuna condiciones de espíritu profundamente caritativo y celoso".

(Es evidente por esta documentación que el INP- Instituto Nacional de Previsión en Oviedo tiene en sus fondos archivísticos todos los datos correspondientes a los pagos de todos los prisioneros que estuvieron trabajando como esclavos y que tenían familiares "legítimos").
 
 



sábado, 9 de marzo de 2013

Muertos y asesinados en Laviana (1936-1940): Los Tornos

Relación de muertos en combate y asesinados, vecinos del Concejo de Laviana entre 1936 (después de la sublevación militar facciosa) y marzo de 1940. El alclade de barrrio al servicio del fascismo: Vicente Fernández (10 de marzo de 1940)
(Se ofrece este documento, al igual que el resto de la serie, para que los familiares puedan ponerse en contaco con el autor de la investigación: Manuel Fernández: manueldelnalón@gmail.com)

Muertos en Laviana entre 1936 y 1940 (2)

Relación de muertos en combate y asesinados, vecinos del Concejo de Laviana entre 1936 (después de la sublevación militar facciosa) y marzo de 1940.
(Se ofrece este documento, al igual que el resto de la serie, para que los familiares puedan ponerse en contaco con el autor de la investigación: Manuel Fernández: manueldelnalón@gmail.com)


jueves, 7 de marzo de 2013

Muertos en Laviana a causa del golpe militar de los facciosos

Estos son parte de los que murieron a consecuencia del golpe miltar faccioso de julio de 1936 no debieran de haber muerto en aquel tiempo. Nadie tenía previsto morir tan joven, pues debemos de considerar que todos esperamos vivir al menos hasta la vejez. No fue así. El 17 de julio de 1936 los militares facciosos decidieron acabar con la legalidad democrática de un solo tajo. No les resultó del todo exitoso, pues derivó en una guerra de carácter internacional -no solamente civil- que implicó a las potencias fascistas de aquel momento, más la inanidad del Comité de No Intervención de las naciones "democráticas" y la escasa ayuda de URSS. Todo un conflicto internacional con el fascismo como fondo. Los responsables de estas muertes -cientos de miles- son los militares facciosos de julio de 1936, a los que habría que sentar -como al Papa Formoso en el siglo noveno- en el banquillo de los criminales.

El documento que aquí mostramos pertenece a uno de los alcaldes fascistas de Laviana -el de San Pedro de Tiraña, Emilio Camblor- en marzo de 1940. Escribe los nombres de los muertos en una hoja volandera, un trozo de papel, como una anotación sin importancia alguna.

La lectura de la misma nos ofrece algunos datos relevantes:
1) los "asesinados", que son dos, naturalmente son "personas de orden", adictas al  Movimiento Nacional (se reservaba el término "asesinados" para los adictos, derechistas o fascistas, aunque hubieran muerto de frió pasando los montes hacia León)
2) el resto son los republicanos: y aquí hay dos causas de muerte, o bien en combate, o bien "muertos por la fuerza". La distinción en el documento aparece como "rojo" (muerto en combate); "fuerza" (asesinado por falangistas, guardias civiles o tropa fascista).
3) los fusilados

Fructuoso Valles Hevia, Avelino Cepeda Domínguez, Celesto García Suárez, José Corte Castaño, Alfonso Fernández Díaz, José Corte Nava, Francisco Corte Blanco, Benito Hevia Nava, Benito Martínez Tamargo: asesinados por los fascistas una vez que cayeron los frentes de Asturias el 21 de octubre de 1937.

Constantino Antuña Argüelles, Amador Varela García, Julio Hevia Corte, Guillermo Hevia Corte, y Gregorio Corte Blanco, Aurelio Pérez, Manuel Blanco Coto, Alfredo Terente Fernández: todos ellos murieron en combate como milicianos del Ejército de la República (Nótese que en la hoja los señalan como "Ro": quiere decir, muerto en el Ejército Rojo)

Y por último los fusilados después de un grotesco consejo de guerra con militares facciosos en su presidencia que siendo rebeldes acusaban los demás de rebelión ("la justicia al revés"): Severo Hevia Corte, fusilado.





miércoles, 19 de diciembre de 2012

Laviana: el sello de la vergüenza

Es realmente llamativo que los fascistas de Laviana en el año 1938 hicieran un sello de la Alcaldía
en donde -sin vergüenza alguna- ponían que era CONSTITUCIONAL. Hemos aceptado que estos mismos poderes fascistas reutilizaran los papeles ya impresos por el AYUNTAMIENTO CONSTITUCIONAL  elegido en abril de 1931, pues la carencia de papel y el hecho de tener a mano tales impresos con el emblema de la República  en la localidad fuera producto de la urgencia. Hasta ahí es aceptable. Lo que no es aceptable es que confeccionaran un sello ad hoc con el "aguilucho" y pusieran en su entorno ACALDÍA CONTITUCIONAL. ¿A qué Constitución se referían estos facistas de Laviana el 20 de septiembre de 1938?

domingo, 9 de diciembre de 2012

Tribunal para Represión de la Masonería y el Comunismo

¿Secreto? ¿Por qué?. Si todos los fascistas del concejo sabían que estaban siendo investigados por que de su divulgación ya se encargaban los que investigaban, los que hacían miles de fichas de cada uno de los habitantes.
Este documento es la representación misma de la infamia que supusieron 40 años de fascismo en España.