Estos son parte de los que murieron a consecuencia del golpe miltar faccioso de julio de 1936 no debieran de haber muerto en aquel tiempo. Nadie tenía previsto morir tan joven, pues debemos de considerar que todos esperamos vivir al menos hasta la vejez. No fue así. El 17 de julio de 1936 los militares facciosos decidieron acabar con la legalidad democrática de un solo tajo. No les resultó del todo exitoso, pues derivó en una guerra de carácter internacional -no solamente civil- que implicó a las potencias fascistas de aquel momento, más la inanidad del Comité de No Intervención de las naciones "democráticas" y la escasa ayuda de URSS. Todo un conflicto internacional con el fascismo como fondo. Los responsables de estas muertes -cientos de miles- son los militares facciosos de julio de 1936, a los que habría que sentar -como al Papa Formoso en el siglo noveno- en el banquillo de los criminales.
El documento que aquí mostramos pertenece a uno de los alcaldes fascistas de Laviana -el de San Pedro de Tiraña, Emilio Camblor- en marzo de 1940. Escribe los nombres de los muertos en una hoja volandera, un trozo de papel, como una anotación sin importancia alguna.
La lectura de la misma nos ofrece algunos datos relevantes:
1) los "asesinados", que son dos, naturalmente son "personas de orden", adictas al Movimiento Nacional (se reservaba el término "asesinados" para los adictos, derechistas o fascistas, aunque hubieran muerto de frió pasando los montes hacia León)
2) el resto son los republicanos: y aquí hay dos causas de muerte, o bien en combate, o bien "muertos por la fuerza". La distinción en el documento aparece como "rojo" (muerto en combate); "fuerza" (asesinado por falangistas, guardias civiles o tropa fascista).
3) los fusilados
Fructuoso Valles Hevia, Avelino Cepeda Domínguez, Celesto García Suárez, José Corte Castaño, Alfonso Fernández Díaz, José Corte Nava, Francisco Corte Blanco, Benito Hevia Nava, Benito Martínez Tamargo: asesinados por los fascistas una vez que cayeron los frentes de Asturias el 21 de octubre de 1937.
Constantino Antuña Argüelles, Amador Varela García, Julio Hevia Corte, Guillermo Hevia Corte, y Gregorio Corte Blanco, Aurelio Pérez, Manuel Blanco Coto, Alfredo Terente Fernández: todos ellos murieron en combate como milicianos del Ejército de la República (Nótese que en la hoja los señalan como "Ro": quiere decir, muerto en el Ejército Rojo)
Y por último los fusilados después de un grotesco consejo de guerra con militares facciosos en su presidencia que siendo rebeldes acusaban los demás de rebelión ("la justicia al revés"): Severo Hevia Corte, fusilado.
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