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sábado, 29 de junio de 2013

El hijo de un fascista acusa a todos los hijos y nietos de los fascistas españoles

Los herederos de la casta privilegiada del franquismo no suelen ver con buenos ojos todo lo que suene a memoria histórica. Por algo será, aunque hay excepciones, como la del catedrático sevillano de Historia del Derecho Bartolomé Clavero, hijo de un destacado jerarca del franquismo, que acaba de publicar 'El árbol y la raíz. Memoria histórica familiar', un libro profundamente autocrítico donde airea sus demonios familiares sin complejos.
El autor realiza un análisis íntimo e introspectivo sobre su experiencia vital personal como miembro de una familia de la casta privilegiada del franquismo, ya que su padre fue gobernador civil en la postguerra de Tenerife y de Segovia y acabó siendo notario del pueblo sevillano de Cazalla de la Sierra.
Bartolomé Clavero arremete contra el negacionismo y la contramemoria de la casta franquista, contra los profesores fascistas de la Universidad de Sevilla donde se educó, contra los alcaldes corruptos que se enriquecieron, contra los curas golpistas provocadores sin olvidar a algunos pederastas, contra los chaqueteros pseudodemócratas y contra alguno de sus hermanos al que pone como ejemplo de "desmemoria histórica". Y lo dice abiertamente, con nombres y apellidos, en lo que él mismo considera un "descargo de conciencia".

"¿Ha de respetarse, por presunción irrefutable de inocencia, a quienes seguimos patrimonialmente beneficiándonos de aquella sangre y de aquel dolor?".

Clavero se hace esa pregunta en el libro y anota una reflexión: "Hablo desde las perspectiva de los descendientes de vencedores, de quienes tenemos contraídas responsabilidades aunque no tengamos personalmente responsabilidad. Las hemos heredado con el patrimonio".

Alineado de manera radical con la recuperación de la memoria histórica, Clavero reconoce que entre la mayor parte de su amplia familia numerosa no ha sentado nada bien la publicación de su libro, especialmente a su hermano Javier -"ejemplo de desmemoria y negacionismo"- pese a que en los años 90 este llegara a ser director general en uno de los Gobiernos de Felipe González. Uno de los privilegios inherentes a la cuna franquista era ser alumno de pago del colegio sevillano de Portacoeli: "Los Jesuitas parecían menos fascistas, pero el ambiente franquista era palpable. Allí vi al primer cura que se presentó voluntario a Queipo para confesar a los condenados después de que otra orden religiosa se retirara al constatar en las confesiones que la gente no entendía por qué los iban a fusilar y vi cómo un cura notoriamente pederasta no era expulsado, sino destinado a trabajar con los alumnos gratuitos".

Pese a que en ningún caso la Ley de Memoria Histórica prevé resarcimiento económico para las víctimas, Bartolomé Clavero, como jurista, tiene claro que es un tema abierto y desarrolla su argumento:

"Es una perversión entender que el Estado es responsable de todo, aunque tenga una responsabilidad tremenda por ser sucesor del franquista. Si al Estado actual lo hacemos responsable de todo, resulta que las propias víctimas tienen que pagar las reparaciones que ellas mismas merecen, porque si el Estado paga, lo hace a través de los impuestos de la ciudadanía. Al final serían las víctimas las que se estarían pagando la reparación, si algún día se llegase a reparar todo lo que fue el inmenso latrocinio de la dictadura franquista". Y añade sin limitarse a la responsabilidad pública: "Alemania es un ejemplo donde empresas privadas que colaboraron con Hitler tuvieron que indemnizar a las víctimas del nazismo" (Diario Público 29-6-2013).

Conclusión: los hijos y nietos de los fascistas son responsables, por eso saltan cada vez que hablamos de las víctimas del fascismo español (tomad ejemplo de las intervenciones en esta página, con eso basta).
La fotografías (fusilamientos masivos) (y el asesinato de mi tío-abuelo Herminio García, de Soto, por falangistas de Santana).



domingo, 23 de junio de 2013

Mujeres Republicanas y Mujeres Falangistas: Vencidas y Vencedoras

Me limito en esta ocasión a colocar varias fotos que muestran el contraste entre las mujeres republicanas presas en las cárceles fascistas, y las mujeres fascistas que vivieron con la alegría de ser las vencedoras. No hay ni puede haber Ni Olvido ni Perdón. La historia juzga sin palo y sin piedra, y así quedará para los siglos de los siglos como muestra de la ignominia de los fascistas españoles de entonces y de ahora.

 
 
 
 
 
 

sábado, 22 de junio de 2013

Antes de ser fusilado pidió cantar "Caballo al verde"

ALFREDO PILOÑETA GARCÍA,

 fusilado en 1938 pidió cantar "Caballo al verde" ante el pelotón antes de ser fusilado.

  Natural de Lorío, y vecino de Peruyal-Laviana, 31 años, casado, hijo de José y María, minero. Participó en la revolución de octubre de 1934 en el ataque a la ciudad de Oviedo, detenido es sometido a consejo de guerra el 18 de enero de 1936 en el juicio de "Los 23 de Laviana", y condenado a cadena pepetua. Salió de la cárcel con la amnistía de febrero de 1936. Pidió cantar la canción "Caballo al verde" ante el pelotón, lo fusilaron en Oviedo el 17 de noviembre de 1938.



http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=7ov9l7TtEOo
 
(pinchar en la URL y podréis oír la canción interpretada por el langreano Héctor Braga)

domingo, 9 de junio de 2013

Fugados y guerrilleros

Qué enorme lástima que no se conserven en los archivos todos estos documentos, pues existir existieron, dado que era orden del Gobierno Militar que se censaran las familias de rojos y los huidos en los montes.
Nada o muy poco existe en los archivos municipales. ¿Qué pasó?. Lo de siempre, cuando se produjo el harakiri de las Cortes Franquistas en 1976 y se convocaron elecciones para junio de 1.977, en las delegaciones locales de los falangistas y los ayuntamientos comenzaron a limpiar de documentación cuanto pudieron. Eso fue lo que pasó. Quemando y destruyendo la documentación generada durante 40 años consideraban que sólo prevalecería la Historia contados por ellos.
He aquí el ejemplo:

Corrupción en la Dictadura

La corrupción es inherente a las burocracias políticas, no importa en qué tiempo, pues hay individuos que acceden al poder con el solo objetivo de enriquecerse, así fue desde la Revolución Francesa (Danton era un corrupto, además de otros) hasta el día de hoy.
Cuando el régimen es una dictadura como la implantada en España durante 40 años, un poder absoluto dio lugar a una corrupción absoluta, eso sí, no trascendía a la prensa y todo se limpiaba en las letrinas del poder. El pueblo quedaba al margen, y pocos eran los avisados sobre semejantes comportamientos.
Un ejemplo lo tenemos -a escala aldeana, si se quiere, pero corrupción a la postre- en el hecho que llegó a denunciar un guardia municipal en febrero de 1939; y en los acontecimientos vividos en las escalinatas de las Consistoriales en octubre de 1939, que acaban con el cese fulminante del alcalde José Cervilla Gálvez.

Este será destituido en octubre de 1939 entre acusaciones de graves irregularidades relacionadas con el dinero del Ayuntamiento (abastos y tasas municipales, el trapicheo con el tocino y las alubias entre Pravia y Laviana). Así que al ser sustituido, provisionalmente por Martínez Fernández, y luego, por Graciano Fernández, y definitivamente por Modesto Arrieta Fernández, este decide incoarle un expediente de responsabilidades  con fecha 20 de agosto de 1940 "por su gestión administrativa durante el periodo comprendido entre diciembre de 1937 hasta el día 10 de octubre de 1939" en que fue cesado fulminantemente, "motivado a su intervención en asuntos de abastos". Se nombrará juez instructor a otro que sería posteriomente alcalde, Atanasio Pandiella Arrieta.

martes, 4 de junio de 2013

"Angelillo", ni nombrarlo

Angel Sampedro Montero, nació en Vallecas en 1908 y murió en exilio en Argentina en 1973. "Cantaor" de coplas que más tarde imitaría Antonio Molina, y actor en películas como "El negro que tenía el alma blanca", o "La hija de Juan Simón", fue severamente castigado por la censura fascista. No sería el único, pero es uno cuyo nombre tuvo que tener en cuenta el "Cine Moderno" - cuyo propietario era el médico Gustavo Rodríguez Canga- de Laviana.