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domingo, 2 de marzo de 2014

El ganado requisado se pagaba por el Frente Popular

Aún perdura en la mente de los paletos e ignorantes que los "rojos" se llevaban la ternera y no la pagaban, "por eso escondíamos a los animales en un sucu". No deja de ser esta cantilena - 78 años después- un modo de afirmarse como un tipo de derechas, "yo no soy de derechas ni de izquierdas, pero los rojos robaban el ganado". Desconocen estos individuos que el Partido Comunista había declarado públicamente que los ladrones de ganado se les aplicaría la "pena de muerte"; también desconocen que algunos pagaron tal cual por sus robos y maltratos a los campesinos; desconocen que algunos escaparon de la ejecución inmediata y fueron juzgados en Gijón y condenados a prisión; desconocen que el Comité del Frente Popular en Asturias pagaba las reses que requisaban los miembros del Comité de Defensa de la República o los agentes del Comité de Abastos de cada comarca.
Ejemplos de documentos de pago hay en el Boletín Provincial, y en los legajos de los Ayuntamientos -los que no han quemado la documentación- y en la propia prensa de la época, llamando a cada ganadero cobrador por su propio nombre y apellido.

viernes, 28 de febrero de 2014

Los comunistas asturianos contra los ladrones: pena de muerte

 
      Estos ladrones no son otros que los que vestidos de milicianos, incluso portando la insiginia del partido comunista o su carnet, maltratan y roban a los campesinos, llevándose ropas (mantas, etc.) y comida.
      La orden del Partido Comunista en Asturias es clara y contundente:
                                   "Al ladrón, pena de muerte".

viernes, 31 de mayo de 2013

Por un colchón amezada de ser severamente castigada

Cuando el historiador mira los relatos debe saber quién y por qué están escritos de tal o cual modo. Así, por arte de birlibirloque, en la historiografía eran los rojos los que requisaban y por ello, quienes formaban parte del Comité de Defensa de la República encargado de tal menester, eran tratados en los consejos de guerra sumarísimos como si fueran ladrones y por ello sufrían las perores sentencias, incluida la pena de muerte.
Nunca en esa historiografía fascista se utilizó el término "requisa" para las requisas que hicieron los jefes de la Nueva España, pues siempre usaron términos como "incautación" o "generosa colaboración" o "espontáneo desprendimiento". Nos toca sacar a la luz los documentos en que la historia es como es, sin pamplinas ni manipulaciones. Los falangistas requisaron y robaron cuanto pudieron, desde ganado a tierras, enseres (sábanas, colchas, camas, máquinas de coser, etc) y prendas de vestir (abrigos, chaquetas de cuero o fieltro, zapatos y botas), también otros efectos (relojes, joyas, dinero). El valor de este documento es que el 29 de septiembre de 1938 el alcalde fascista de Laviana José Cervilla utiliza todo su poder para requisar ¡un colchón! bajo la amenaza de ser "severamente castigada". Ni tan siquiera huye del lenguaje grosero y cuartelario. Añadiendo que además debería de entregar lo requisado antes de una hora fijada de antemano y llevarlo a la Casa España.
A esta altura de la investigación sobre la Represión Fascista en la Cuenca Minera del Nalón -mayo de 2013- no podemos determinar la ideología de quien ha sido objeto de tal requisa, Amada Aller, pues si bien hay una familia que fue objeto de represión - Pilar Aller, hija de Luis Aller; y la familia Aller García, de Barredos- también encontramos a una chica de 15 años -Eduarda Aller García- afiliada a la Falange Femenina (Sección Femenina) en febrero de 1938. Quién sea Amada Aller queda aún por investigar, pues hay evidente contradicción entre los términos expeditivos -severamente castigada- y el tratamiento de Doña en el ofició del requisador.

lunes, 25 de marzo de 2013

Méritos de un panadero falangista

Declaración de un industrial panadero el 20 de mayo de 1938 justificando cuáles eran sus méritos contra el marxismo, o dicho de otro modo, contra el Gobierno del Frente Popular en Asturias desde el golpe militar del ejército faccioso el 17 de julio de 1936.
La ocultación de bienes de primera necesidad por parte de panaderos, comerciantes, carniceros, ganaderos, traficantes de toda laya y condición, fue moneda corriente a partir de julio de 1936 hasta la caída de los frentes asturianos el 21 de octubre de 1937. Esta actitud criminal era perseguida por las leyes, como después lo fue -una vez que entraron los facciosos en Asturias- por los dictados franquistas, que sin contemplaciones podía conllevar desde una multa a muchos años de cárcel. Pero el Gobierno del Frente Popular tuvo demasiada consideración con estas conductas criminales, y en el caso de este panadero, nada le ocurrió. Desde luego, en el pueblo comían pan los ricos, y los ricos siguieron comiendo pan, gracias a la lenidad con la que actuaron los milicianos republicanos o los policías de Investigación y Vigilancia en el concejo.
 
Se vanagloria de tal hazaña, y así los fascistas escondidos, y las familias pudientes, no les faltó el "sustento". Mientras tanto, faltaba la harina en las panaderías, más aún si tenemos en cuenta que el trigo procedente de Castilla ya no llegaría porque había caído en manos de los militares fascistas. Los ricos podían comer en tiempos de penuria, los pobres harían pan con tierra si era preciso.