Pocas palabras son necesarias a la vista de este telegrama en que se condona -se perdona- la multa a un falangista por el simple hecho de serlo. Mientras tanto, quienes no lo eran, y con muchas necesidades, no sólo eran multados, sino que daban con sus huesos en la cárcel de Laviana durante semanas.
La corrupción fascista fue algo que se ocultó durante 70 años, y esta fue propiciada y bendecida por el poder establecido, el cual se mantenía en el "trono" precisamente por los muchos "favores" que se otorgaban unos a otros.
La corrupción de hogaño es la sucesora de la corrupción de antaño.
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